Capitulo 2
Articulo 1
Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.
Subartículo 1
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Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían.
Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles,
este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres.
Parrafo Grupo 1
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Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán.
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En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
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Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás.
Parrafo Grupo 3
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Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.
Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo;
con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo;
Subartículo 2
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y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea.
Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.
Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán.
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En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo.
Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
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Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.
Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías:
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El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.
Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo;
con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes.
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Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
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Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares.
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Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías:
El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.
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Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores)
y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron.
E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán.
Resumen
- 288En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo.Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.
- 289Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí;con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos.Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba.
- 290Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí;
- 291con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.