Articulo 2
Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo;
con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes.
Subartículo 1
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Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra.
Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea.
Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles,
Parrafo Grupo 1
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este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó;
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Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios.
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Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías:
El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron.
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Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo;
con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
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Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares.
Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí;
con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron.
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Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo.
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Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
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Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea.
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Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores)
y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó;
Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo.
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Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios.
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Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.
Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí;
con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó;
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Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba.
Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo.
Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
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Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.
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Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.
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Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó; Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron.
E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra.
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Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares. Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí; con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías:
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El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles, este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte.
Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron.
Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó;
Resumen
- 246Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron. E iba Jesús recorriendo toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena nueva del reino celestial, y sanando toda dolencia y toda enfermedad en los del pueblo; con lo que corrió su fama por toda la Siria, y le presentaban todos los que estaban enfermos y acosados de varios males y dolores agudos, los endemoniados, los epilépticos, los paralíticos; y los curaba. Y le iba siguiendo mucha gente de Galilea, y Decápolis, y Jerusalén , y Judea, y de la otra parte del Jordán. En aquella sazón, Jesús fue conducido del espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre. Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes.
- 247Mas Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios. Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo; y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.Y le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares.Le respondió entonces Jesús : Apártate de ahí, Satanás; porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él solo servirás. Y con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. Oyendo después Jesús que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima en los confines de Zabulón y Neftalí;
- 248con que vino a cumplirse lo que dijo el profeta Isaías: El país de Zabulón y el país de Neftalí, por donde se va al mar de Tiberíades a la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles,este pueblo que yacía en las tinieblas, ha visto una luz grande: Luz que ha venido a iluminar a los que habitan en la región de las sombras de la muerte. Desde entonces empezó Jesús a predicar y decir: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos. Caminando un día Jesús por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el mar (pues eran pescadores) y les dijo: Seguidme a mí, y yo os haré pescadores de hombres. Al instante los dos, dejadas las redes, lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, remendando sus redes en la barca con Zebedeo su padre, y los llamó;Ellos también al punto, dejadas las redes y a su padre, lo siguieron.